Descentralizando los saberes

PNUD Perú
5 min readApr 5, 2021

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La verificación de datos como un derecho de los pueblos indígenas

La proliferación de información falsa en la actual pandemia por la COVID-19 ha puesto en riesgo la salud de poblaciones enteras como los pueblos indígenas; pero este fenómeno, denominado “infodemia”, tiene impactos negativos no solo a nivel de salud pública, sino además en la confianza hacia las instituciones democráticas y las figuras políticas. La infodemia es también un problema de gobernanza que en un contexto de elecciones es urgente abordar.

El PNUD ha activado diversas medidas para contrarrestar la desinformación y colocar sobre el tablero la necesidad imperante de la verificación de datos. Una de las principales acciones en Perú se enmarca en la propuesta Ama Llulla “No mientas”, que tiene como sus objetivos el descentralizar la verificación y acercarla como herramienta útil de jóvenes y comunicadores indígenas, elevar el debate público y con ello fomentar un voto informado en la ciudadanía.

Además de difundir información verificada a través de las redes sociales, en diversos formatos comunicacionales y en dos de las lenguas indígenas más habladas en el Perú (quechua y asháninka), la estrategia contempla espacios de alfabetización digital. En estos talleres participaron jóvenes y comunicadores indígenas quienes apuestan por revertir la brecha de acceso a la información de calidad y lograr que se incluyan sus voces en la conversación política en el marco de las elecciones 2021.

Welmer Cairuna, comunicador Shipibo, realizando una entrevistando a Gidel García, representante de Federacíon de Comunidades Nativas del Ucayali y Afluentes (FECONAU), en el estudio de la radio Stereo 100 de la ciudad de Pucallpa, región Ucayali.

La desinformación como problema

A pesar de la diversidad de herramientas de comunicación, el acceso a la información veraz sigue teniendo brechas. “Existe un desequilibrio informativo entre capital y regiones por el acceso a internet y la falta de transparencia de entidades del Estado”, comenta Gianella Tapullima, periodista miembro de la red Ama Llulla. A esto se suma que muchos comunicadores desconocen que el acceso a la información pública es un derecho.

En el caso de las comunicadoras mujeres esta situación puede ser aún más difícil y relatan que incluso puede generarles tensiones familiares. “Hay compañeras que no cuentan con celulares inteligentes, la mayoría de ellas usa el celular del esposo o de los hijos, pero esto puede generarles conflictos. Muchas de ellas solo poseen celulares de tecla” afirma Aracelly Aguilar, educadora y miembro del equipo técnico de ONAMIAP[1].

La mayoría de indígenas especialistas en comunicaciones trabajan en radios, ya sea de provincias o de comunidades y reconocen el valor de estas iniciativas para la reafirmación cultural de las comunidades indígenas y su acceso a información. Sin embargo, la dependencia económica por pagos de publicidad les genera conflictos de interés para la fiscalización a personajes públicos, autoridades y empresarios.

El aspecto cultural de las comunidades indígenas también es importante de considerar, dado que la oralidad es el medio en el que se difunde información falsa. Según Tapullima “el rumor es bastante poderoso ya que va de boca en boca, aunque también se transmite mucho por medios como el Whatsapp si tienen acceso a internet”.

[1] Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú

Aracelly Aguilar (Equipo técnico ONAMIAP) y Juana Hualparimachi, socia de la Federación de Mujeres Campesinas de Anta (FEMCA) en uno de los talleres de la Escuela de Radio comunitaria de ONAMIAP.

Desesperación por votos

A puertas de las elecciones, en algunas regiones en Perú se desplegaron campañas de desinformación que atentaban contra los derechos humanos de las poblaciones en estado de vulnerabilidad.

“Las comunicadoras alertaron sobre una campaña de desinformación sobre el enfoque de género. Algunos candidatos afirmaron que se busca homosexualizar a los hijos y difundieron ideas para que la mujer no participe en la política” comparte Aracelly Aguilar. Ella considera que es necesario que estos discursos que perpetúan la desigualdad en el acceso a derechos se confronten en espacios periodísticos rigurosos para desmentirlos.

“Al sentir impunidad las autoridades pueden afirmar cualquier cosa”, complementa la periodista Tapullima. Y es que si bien hay más personas fiscalizando a sus autoridades a través de las redes sociales, en las regiones los medios dan voz a muchos políticos pero con la finalidad de generar controversia y no de revisar la veracidad de sus afirmaciones.

Edrulfo Fasabi, comunicador Kichwa, desde su estudio de radio junto a Geyner Zapalaya, apoyo radial, informando para el distrito de Santa Rosa, provincia de el Dorado, región San Martín.

“El que miente más gana, el que dice la verdad pierde. Los candidatos están saliendo a diversos puntos de la provincia: ¿será cierto lo que dirán a las comunidades?” expresa Edrulfo Fasabi, comunicador Kichwa de la región San Martín, quien informa a las comunidades nativas del centro poblado de Santa Marta.

Como parte de la formación en el taller de verificación de datos, las y los comunicadores indígenas han comprendido la importancia de la investigación de las fuentes. En el caso de Welmer Cairuna, comunicador shipibo de FECONAU[1], este taller le ha interpelado sobre la rigurosidad periodística: “a veces nos gana querer la primicia, pero con esta herramienta verificamos la fuente y hacemos que el candidato ya no mienta”.

[1] Federación de Comunidades Nativas del Ucayali y Afluentes

Descentralizando los saberes

Los talleres de verificación de datos de Ama Llulla han reunido a más de 50 comunicadores indígenas de regiones amazónicas y andinas del país. Regresar a las fuentes para corroborar afirmaciones es el principal propósito de esta herramienta que selecciona discursos e investiga con fuentes de calidad. Sin embargo, esta no es una práctica nueva: “es importante retomar a las raíces del periodismo, que además de dar voz a las personas, también expone la evidencia” enfatiza Gianella Tapullima.

Las realidades formativas de comunicadores indígenas son diversas. En muchos casos se forman como comunicadores en base a la experiencia que van adquiriendo en radios. Es por eso que “este taller es una oportunidad para ellos porque no existe en muchas facultades o universidades especializaciones sobre verificación de datos” asevera también Tapullima. Desde Ucayali, Welmer confirma esto y además propone “extender esta herramienta a la red de comunicadores indígenas del Perú”.

Compartir la metodología de verificación de datos es clave para las y los comunicadores indígenas porque les permite optimizar la investigación. “Nos pareció valioso lo compartido por Gianella, porque desconocíamos de la base de datos de la Contraloría, por ejemplo”, comparte Aracelly Aguilar desde ONAMIAP. Replicar esta formación con la base de comunicadoras indígenas es la misión que ella se ha trazado y buscará organizar la próxima capacitación virtual con ellas. Tanto Aracelly, como Edrulfo y Welmer reconocen la importancia de una mejor comunicación para fortalecer la democracia y reparar la deuda pendiente en el acceso a información y al derecho a la comunicación de los pueblos indígenas.

Texto: Andrés Espinoza / PNUD Perú
Edición: Sally Jabiel / PNUD Perú

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