Aprender de la naturaleza

PNUD Perú
7 min readJan 25, 2021

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La educación ambiental es clave para empoderar a las personas y tomar acción por nuestro planeta.

Las personas hemos cruzado los límites de nuestro planeta. Incendios forestales, huracanes sin precedentes, cada vez más especies en extinción, son síntomas de que hoy debemos transformar nuestras acciones a un ritmo y una escala nunca vistos, para sobrevivir.

Sin embargo, hay una brecha entre nuestras preocupaciones y nuestras acciones. Según el último Informe sobre Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el 80% de la población mundial cree que es importante proteger el planeta, pero solo la mitad haría algo al respecto. Es allí donde la educación juega un rol indispensable. Estos son cuatro ejemplos de cómo la educación ambiental en el Perú puede empoderar a más personas en beneficio de la naturaleza.

No se ama lo que no se conoce

Antes de que Lima tuviera 10 millones de habitantes, las lomas ocupaban un lugar especial entre limeños y limeñas. Era el lugar de la Fiesta de Amancaes, donde no importaba la raza, la clase social ni el nivel socioeconómico, sino celebrar la llegada de la flor de Amancaes y el reverdecimiento de las lomas. Pero con el pasar de los años, esa relación se fue perdiendo debido al desordenado crecimiento urbano de la capital.

Sus nuevos habitantes crecieron sin saber el tesoro natural que se escondía detrás de sus casas. “Crecí aquí al pie de la loma y nadie me dijo que era una loma”, comenta Jorman Cabello, joven líder de 26 años de la organización “Haz tu mundo verde” que promueve la ruta del circuito Lomas El Mirador, en el distrito de San Juan de Lurigancho. Bajo la premisa de que “no se ama lo que no se conoce”, él y otros líderes junto a la iniciativa EbA Lomas del PNUD, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP) y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), están llevando una guía de educación ambiental enfocada en las lomas a diversos colegios de la ciudad.

“Me siento en la obligación de llevar este mensaje a cada estudiante porque tienen el derecho de conocer su patrimonio”, asegura Cabello. La guía se basa en el currículum nacional vigente, colocando a las lomas como un elemento que se puede abordar desde distintas materias además de ciencia y ambiente, como son comunicación, ciencias sociales, arte, economía, entre otras.

“Enseñar es un arte y qué mejor si se puede combinar la ciencia y la comunicación, con el arte que nos regala la naturaleza”, explica la profesora Milagros Chira sobre esta guía que busca promover el valor de las lomas desde la niñez.

A pesar de ser un ecosistema que cubre Lima de norte a sur, la mitad de su población no sabe de su existencia, ni siquiera el 40% de quienes viven a menos de 1 km de una loma, según un estudio de Eba Lomas e IOP-PUCP. Por eso, se apuesta por la educación ambiental para conservar las lomas.

“Adaptamos la guía ambiental a nuestro contexto para formar equipos y líderes ambientales, y culturales también”, explica Saby Llanos, directora del colegio Virgen de Fátima en ese distrito. Qué mejor que forjar ciudadanos ambientales identificados con su ciudad para comprometerlos en su cuidado.

Foto: Yuli Callata Mamani

Cuidar el agua en las alturas

En el altiplano andino, Perú y Bolivia comparten el Sistema Titicaca — Desaguadero — Poopó — Salar de Coipasa: una cuenca transfronteriza de la cual destaca el emblemático Lago Titicaca. Aunque 3.6 millones de personas dependen de este sistema, actualmente está amenazado por la contaminación de residuos sólidos y metales pesados, y sufre la pérdida de especies nativas, así como los efectos del cambio climático.

Para generar conciencia sobre la conservación de este valioso sistema, surge el proyecto binacional GIRH- TDPS impulsado por el PNUD con las autoridades de ambos países. Una de sus iniciativas es el modelo participativo comunitario en gestión del agua y territorio en la laguna de Chacas en Puno.

“Hemos aprendido a reconocer nuestro territorio, la diversidad de aves silvestres y plantas existentes en nuestra microcuenca, que en muchos casos tienen uso medicinal”, cuenta Sabina Ccacca de Ticona del Comité Campesino de Gestión de Agua y Territorio de la comunidad de Cochaquinra. Allí, se promueve la participación de la comunidad, tomando de base los principios de vigilancia y monitoreo ambiental, respetando tradiciones culturales locales, revalorando el rol de la mujer en la gestión del agua y velando por la protección de niños, niñas y adolescentes.

Por otra parte, el proyecto también trabaja para salvar los bofedales en el municipio de Charaña en La Paz. Esta especie de humedal se encuentra a partir de los 3.500 msnm y es la fuente de alimentación de las alpacas.

“Tengo la esperanza de que va mejorar nuestro bofedal, así como nuestro ganado y la economía”, dice Silveri Machicado de la estancia Cumaravi. Para lograr esa meta, se está aplicando una estrategia de conservación de su biodiversidad, funciones ambientales y garantía de su uso y manejo sostenible, ya que son uno de los pocos recursos con los que cuentan las comunidades para su desempeño económico. Esta se lleva a cabo buscando alternativas de retroalimentación y validación desarrollados de forma integral con las comunidades y técnicos del municipio.

Estas iniciativas se complementan con cursos de capacitación en Gestión Integrada de Recursos Hídricos, uno dirigido a funcionarios de gobierno nacional, regional y local y otro a organizaciones sociales y productivas para fortalecer y mejorar las capacidades de todos los actores en el sistema.

Expedición para aprender

En Perú, primer productor de oro en América Latina, la minería artesanal y de pequeña escala (MAPE) genera oportunidades económicas para las áreas rurales más pobres. Sin embargo, el uso de mercurio en este sector también pone en riesgo la salud de las personas y el ambiente.

La educación sobre los problemas que puede acarrear el mercurio es fundamental para que las personas más vulnerables, o altamente expuestas a este, puedan ser conscientes de los riesgos y cambiar sus prácticas por otras alternativas. Con ese fin, el proyecto planetGOLD Perú, que lidera el gobierno peruano, viene trabajando una campaña de concientización llamada “Expedición Mercurio”.

Para llegar a la población minera y público en general, la campaña ha difundido información sencilla y dinámica sobre este metal y su impacto en la salud con videos, gráficas y spot radiales.

Asimismo, se ha sensibilizado a 12 organizaciones mineras en Arequipa, Piura y Puno con el ciclo de capacitaciones “MAPE Responsable” sobre temas de formalización, educación financiera, uso de tecnologías libres de mercurio, género, entre otros.

La educación y concientización, junto a propuestas normativas y mecanismos de acceso financiero, que promueve el proyecto buscan generar un cambio en las organizaciones mineras hacia prácticas responsables y libres de mercurio, generando un desarrollo sostenible en sus comunidades.

Tender puentes para llegar a la población amazónica

“La comunicación es el puente para poder realizar sinergias con nuestras bases y los aliados gubernamentales y no gubernamentales”, señala Luis Ramírez, técnico de la Federación Nativa de Comunidades Cacataibo (FENACOCA) y uno de los estudiantes del programa de capacitación en comunicaciones para la gestión sostenible del paisaje.

Dada la coyuntura generada por la COVID-19, el programa fue organizado de manera virtual con la Pontificia Universidad Católica del Perú y el soporte técnico de PNUD mediante el proyecto Paisajes Productivos Sostenibles en la Amazonía peruana, que lidera el Ministerio del Ambiente con financiamiento del Fondo del Medio Ambiente Mundial.

Dicho programa fue dirigido especialmente a profesionales y especialistas de los gobiernos regionales y locales, productores de asociaciones, representantes y líderes de organizaciones indígenas, que trabajan en las regiones de Ucayali y Huánuco donde interviene esta iniciativa.

“El curso me ha permitido tener una percepción más amplia sobre el uso de la comunicación para alcanzar resultados”, expresó Kristel Ayala, ingeniera agrónoma y responsable de la implementación del fondo concursable Procompite en la Gerencia de Desarrollo Económico del Gobierno Regional de Ucayali. “La aplicación de las herramientas y metodología (proporcionadas por el curso) ayuda a dinamizar procesos, trasladar información, integrar ideas, construir confianza, motivar responsabilidad y compromiso mutuo en el desarrollo de mis labores como profesional”.

El programa se enfocó en fortalecer conocimientos y aplicar estrategias e instrumentos de comunicación para el desarrollo que contribuyan a sensibilizar, difundir, vincular e incidir sobre la gestión sostenible del paisaje en provincias amazónicas de Huánuco y Ucayali.

Los participantes accedieron al programa mediante un proceso de selección realizado por la institución académica, conformando así un grupo multidisciplinario de profesionales y técnicos dedicados al desarrollo económico y social, gestión ambiental, ordenamiento territorial, actividades productivas y gobernanza indígena.

Esta diversidad resultó clave para sentar bases en la comunicación para el desarrollo, un enfoque innovador con potencial para ser impulsado desde las diferentes instituciones y emprendimientos ubicados en el territorio. Esto con el fin de conectar de manera más efectiva con la población y las comunidades que demandan una mayor participación en iniciativas a favor de un desarrollo en sintonía con su naturaleza.

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