El camino hacia el buen vivir

PNUD Perú
5 min readMay 18, 2022

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Los Planes de Vida de los pueblos indígenas para la gestión sostenible de 300,000 hectáreas en la Amazonia peruana.

Comunidad Shambo Porvenir, en Ucayali

Más de 10,000 personas de 56 comunidades indígenas de la Amazonia peruana vienen construyendo sus Planes de Vida, un instrumento de gestión que contribuye a generar mejores oportunidades de desarrollo en armonía con el bosque. Este esfuerzo se está llevando acabo bajo el soporte técnico del Ministerio del Ambiente (MINAM), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con el financiamiento del Gobierno de Noruega y el Fondo del Medio Ambiente Mundial (GEF).

Pero ¿qué significan los Planes de Vida en la ruta del desarrollo de las comunidades de nuestra Amazonía? ¿Qué hay detrás de la visión indígena del “buen vivir”? ¿Cómo se articulan estos instrumentos a nivel nacional, regional y local?

Creando el futuro para el “buen vivir”

La concepción de vida o el “buen vivir” desde los pueblos originarios de la Amazonia va más allá del desarrollo económico y social y está estrechamente ligada a la preservación y respeto a su historia, sus valores culturales y el arraigo a su territorio. Los pueblos transfieren estos conocimientos de generación a generación y fortalecen, de esa manera, los cimientos sobre los cuales aprenden y crean su presente y futuro.

Un primer paso en esta ruta de desarrollo es la elaboración de Planes de Vida, un instrumento de gestión clave para lograr que aquellas comunidades indígenas que ya han conseguido la seguridad jurídica de sus territorios emprendan el camino hacia un “buen vivir”. Dichos planes se construyen de forma participativa y son compatibles con otros instrumentos de gestión del Estado.

“Para (los planes de vida) utilizamos una metodología que llamamos el ´río de la vida´. El río simboliza nuestra vida, nuestra historia, y en esa representación le damos significado a lo que encontramos en el cauce del río”, señala Cecilia Martínez, ingeniera agrónoma Yanesha y especialista en planificación comunal.

A través de los Planes de Vida se busca incluir las prioridades y necesidades de las comunidades indígenas en el quehacer político y la agenda nacional. Además, se espera contribuir a la recuperación sostenible tras la pandemia de la covid-19, reforzando, en simultáneo, las capacidades de las mismas comunidades para liderar su propio desarrollo.

Fortaleciendo la gobernanza indígena

Para impulsar los Planes de Vida es necesario reconocer y fortalecer la gobernanza de los pueblos indígenas a fin de abrir diálogos más efectivos y llegar a soluciones en conjunto que sean inclusivas y acordes con su cultura. De esta manera, 10 organizaciones y federaciones indígenas han fortalecido sus capacidades en gestión con el soporte técnico del MINAM, el PNUD, con el financiamiento del Gobierno de Noruega y el GEF.

A partir de ello, las propias organizaciones han dado soporte a 56 comunidades de los pueblos Awajun, Shipibo, Ashaninka, Kakataibo, Yanesha y Shawi para poner en marcha la construcción colectiva de los Planes de Vida. Estos procesos participativos involucran a más de 10,000 personas en las regiones de Huánuco, Loreto, San Martín y Ucayali, abarcando un territorio que comprende más de 300,000 hectáreas de bosque.

Sabia y fundadora de la Comunidad Nueva Luz de Arara, en Atalaya, Ucayali.

“Los Planes de Vida son hechos por y para las comunidades, porque permiten gestionar mejor nuestro territorio y nuestros bosques, interactuando así con el gobierno nacional, regional y local, buscando nuestro desarrollo sostenible, pero respetando nuestras costumbres y tradiciones”, indica Oswaldo Juep, presidente de la Coordinadora de Desarrollo y Defensa de los Pueblos Indígenas de la Región San Martín (CODEPISAM).

Este esfuerzo implica fortalecer la estructura de gobernanza indígena, buscando una articulación desde las bases nacionales como AIDESEP y CONAP, con el nivel regional con CODEPISAM, CORPIAA, URPIA, CORPI-SL, ORAU, y a nivel local, con las federaciones FECONAPIA, FECONAU, FECONAYA, FENACOCA y UNAY, quienes vienen prestando asistencia técnica a sus comunidades para la elaboración de estos instrumentos de gestión que abren mayores oportunidades para el apalancamiento de recursos.

“Desde el ámbito nacional, estamos proponiendo que los Planes de Vida sean reconocidos por los gobiernos regionales y locales para facilitar su inclusión en los programas del Estado”, indica Carlos Soto, secretario de Defensa de la Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú (CONAP).

Construcción de diagnóstico de Planes de Vida de la comunidad Soniro, en Atalaya, Ucayali.

Poniendo en valor el bosque

Los Planes de Vida sirven de brújula para el desarrollo de una comunidad y por eso contemplan propuestas de actividades económicas sostenibles. Estos emprendimientos serán priorizados a través de 56 planes de negocio, que serán implementados mediante fondos semillas como parte del apoyo financiero.

Para lograr su sostenibilidad, se promoverá financiamiento público-privado orientado a convertirlos en proveedores de servicios locales. Estas iniciativas serán parte de los esfuerzos de recuperación y conservación de los bosques de la Amazonia, generando a la vez beneficios para toda la comunidad priorizando emprendimientos de mujeres y jóvenes indígenas.

Los pueblos indígenas vienen construyendo su futuro de manera colectiva, comprometiéndose a generar oportunidades para todas y todos. La seguridad jurídica de sus territorios ha sido un paso importante en este proceso, que se complementa con el desarrollo de estos Planes de Vida y la puesta en marcha de sus planes de negocio, que favorecerán la articulación con los diferentes sectores del estado, para avanzar juntos por el camino del buen vivir.

Por Patricia Obregón y Beatriz Schippner

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