Con territorios dotados por su alta biodiversidad, patrimonio cultural en sus diversas regiones, una industria gastronómica en crecimiento, en el Perú las potencialidades para el turismo abundan. Sin embargo, las personas jóvenes que viven en sus territorios enfrentan grandes desafíos para su inserción económica. Solo 3 de cada 10 jóvenes que viven en comunidades rurales reciben un pago a cambio por su trabajo.
En el corazón del Valle Sagrado en Cusco, se encuentra la comunidad de Huilloc. Una de las pocas, que aún mantiene vivas sus costumbres y tradiciones ancestrales, como su textilería, ceremonias y actividades.
Jorge, de quince años, es el cuarto de cinco hermanos y vive con su madre en Huilloc. Su madre se dedica a la artesanía, a la crianza de animales menores y a las actividades de cuidado en el hogar. Al igual que ella, Jorge es habilidoso con las manos y tiene la aspiración de seguir una carrera técnica en energía eléctrica, impulsado también por el limitado acceso a electricidad que ha observado en su comunidad.
“La energía es pésima en mi comunidad, aquí la energía es monofásica, la idea es que llegue a ser trifásica para trabajar con otras máquinas” menciona Jorge.
Eso también se percibe en los centros educativos las condiciones de electricidad y acceso a internet es intermitente “En mi colegio hay computadoras, pero por un rato se cortan, se entrecorta la energía, tampoco tenemos internet” y es que solo 5.9% de hogares rurales tienen acceso a internet, aspecto que dificulta la educación de la juventud de Huilloc.
Los jóvenes en territorios rurales presentan limitados recursos económicos para acceder a una educación superior, además cuentan con poca información sobre oportunidades, como becas o créditos educativos. En este contexto se hace crucial diversificar actividades productivas alternativas a la agricultura en el medio rural, como el turismo, los emprendimientos, entre otros, para mejorar la inclusión económica y laboral de los y las jóvenes rurales.
En este marco, el proyecto “Turismo para crecer” tiene como objetivo mejorar el acceso a oportunidades de empleo para los jóvenes rurales a través de la educación para el trabajo y la innovación basada en la transformación digital de los emprendimientos de Turismo Rural Comunitario (TRC). La iniciativa vienen siendo liderada por PNUD y aliados como: El Grupo iEduca integrado por la Escuela Superior Toulouse Lautrec, el Laboratorio de Innovación y Calidad, Fundación CODESPA, Turismo Cuida y UNESCO.
El proyecto se encuentra trabajando con jóvenes rurales entre 15 y 18 años de la Comunidad de Huilloc, con el objetivo de mejorar el proceso de inserción laboral, que ocurre entre el término del colegio y el ingreso a la educación superior o la vida laboral. Asimismo, el proyecto tiene el potencial de escalar en el Corredor Turístico de Ollantaytambo, que es el lugar más cercano con conexión ferroviaria a la localidad de “Aguas Calientes”.
María Jesús es la mayor de 3 hermanos y vive con ambos padres. Su padre se dedica a la agricultura, a la construcción de casas y al turismo (como porteador (“cargador”) en el Camino Inca), mientras su madre a las actividades de artesanía y a las domésticas. A María Jesús le llama la atención la administración hotelera, desde que su profesor lo mencionó en el colegio “Así podré dar a conocer la cultura de nuestra comunidad y generar ingresos, mucha gente vive situaciones muy complicadas en nuestro comunidad me gustaría cambiar eso”.
Particularmente el turismo rural comunitario se alza como una actividad que impulsa el desarrollo económico local y de inclusión social de las poblaciones más vulnerables, porque: fortalece el capital económico, diversificando las actividades productivas tradicionales, fomenta el capital social, con la participación de jóvenes y mujeres, contribuye con el capital medioambiental porque promueve la conservación de los recursos naturales, y el capital cultural, porque promueve el uso responsable material e inmaterial del patrimonio cultural, fortaleciendo la identidad local y la autoestima de las personas involucradas.
En el marco de Turismo para Crecer, durante el 2021 y 2022, se elaboraron talleres en Huilloc que buscaron acompañar el proceso de inserción laboral de los jóvenes con formación en habilidades blandas y duras, como liderazgo y habilidades digitales, que son las herramientas que exige el futuro del trabajo ante la aceleración de la digitalización. Para que los y las jóvenes rurales, no se queden atrás, será preciso involucrarlos en el “tren de la digitalización”.
Como resultados de las sesiones, los y las jóvenes formularon ideas para fomentar el turismo en sus comunidad desde sus propios intereses, por ejemplo, a María le gustaría incursionar en un emprendimiento de moda, incorporando técnicas de tejidos y símbolos de su comunidad. Por otro lado, Jorge, tiene una idea de emprendimiento de generación de energía en su comunidad, aprovechando las significativas fuentes de agua y de viento en su comunidad: “como hay bastante agua y bastante viento, con eso se produciría energía”.
El mundo viene enfrentando un escenario de incertidumbre que exige que las sociedades del presente busquen nuevas formas de innovar apostando por los recursos propios, la tecnología y más aún por la fuerza de la juventud. Las iniciativas creadas a partir de la capacidad de los jóvenes, permiten comprender que las formas de hacer turismo sostenible son múltiples, y que tienen el potencial de generar un circulo virtuoso a nivel territorial, cultural y económico. Una apuesta por jóvenes rurales, es una apuesta por el futuro.