Preservar el lago sin fronteras

PNUD Perú
6 min readAug 15, 2022

A 3800 m.s.n.m, países hermanos se unen para cuidar el lago navegable más alto del mundo.

Escribe: Daniella Toce / PNUD Perú // Fotos: Giulianna Camarena / PNUD Perú

El lago Titicaca es vida. La Mama Cota cuida, provee y acoge en sus riberas a cientos de comunidades aymaras, quechuas y urus que la rodean. Una figura que merece respeto, agradecimiento y cuidado. No conoce fronteras y abarca 8562 km cuadrados entre Perú y Bolivia, extendiéndose frente a cordilleras blancas, ciudades y bosques de rocas. El lago Titicaca y el resto del sistema hídrico Titicaca — Desaguadero — Poopó — Salar de Coipasa, benefician directamente a 3 millones de personas que viven en las cuencas y dependen del sistema para hacer sus vidas: sustentarse económicamente, construir sus casas, obtener su alimento y practicar su cultura.

Las particularidades del Titicaca le dan una biodiversidad única. Una amplia variedad de peces nativos, aves y anfibios crecen y conviven con habitantes de la cuenca. Especies como la totora han brindado a las poblaciones los materiales necesarios para poder construir un hogar y herramientas, además de tener otros usos como medicina y alimento.

Pero la actividad humana no regulada, el impacto de las ciudades y actividades extractivas como la minería, traen consigo la contaminación, un problema que va creciendo rápidamente. Se calcula que, sumando los puntos críticos de contaminación en el lago, un 30% a 40% está contaminado.

Los gobiernos de Perú y Bolivia están trabajando con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y en alianza con múltiples actores del sector privado, academia, cooperación internacional y comunidades rurales hacia la descontaminación del Lago Titicaca a través de la iniciativa Gestión Integrada de Recursos Hídricos — Titicaca — Desaguadero — Poopó — Salar de Coipasa (GIRH — TDPS), financiada por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF).

Para su cuidado, se instalaron dos plataformas fijas que permiten monitorear y alertar sobre la contaminación química, la acumulación de sedimentos y la degradación a partir de la entrada de miles de litros de aguas residuales al lago.

La plataforma

A 10 km lago adentro en Puerto Pérez, Bolivia, flota una de las boyas que recogerá información de monitoreo. Resalta encima del azul del agua y la cordillera nevada y se mueve con el vaivén de las olas que hacen las lanchas.

La plataforma fue la primera de su tipo en instalarse en el Titicaca. Existen iniciativas similares en ríos y lagos más pequeños en Europa y Sudamérica, como el lago Vichuquén en Chile, pero en el lago más alto del mundo, es una novedad y una necesidad. Una segunda estación se instaló en la Bahía Mayor del lago en Puno, en Perú, para medir el impacto de la actividad acuícola en la calidad del agua.

A diferencia del monitoreo que ya se viene haciendo de manera semestral como parte de la iniciativa, esta plataforma innovadora recoge información en tiempo real, lo que es muy importante cuando se trata de hacer un análisis del comportamiento del agua que puede cambiar en cuestión de horas.

Técnicos especializados de la Universidad Mayor de San Andrés y del Ministerio Ambiente y Agua de Bolivia, son los encargados de recoger y procesar la información que la boya envía. Esto permite monitorear el comportamiento del agua de manera completa para armar una línea de base de contaminación del lago que pueda prevenir eventos futuros, un sistema de alerta temprana del deterioro de la calidad del agua que podrá anticipar las proliferaciones de microalgas de fitoplancton que provocan una reducción drástica del oxígeno disuelto en el agua, lo cual puede provocar mortandades masivas de peces, ranas y hasta aves acuáticas.

A partir de esta nueva base de conocimientos actualizados adquiridos de forma permanente y a largo plazo, se puede visualizar la evolución espacio-temporal de la condición del agua e identificar las zonas más vulnerables donde se deberá intervenir para tomar medidas capaces de mitigar la magnitud de estas consecuencias devastadoras para el buen funcionamiento ecológico del lago y las actividades humanas.

La tradición

La comunidad de la isla Quehuaya es una de tantas comunidades rurales que viven en y del Titicaca, parte de las 30 que conforman Puerto Pérez en Bolivia. Es una isla tradicional de Totora, muestra máxima de conexión y armonía con el lago.

Miembros de la comunidad de la isla Quehuaya

Virginia Mamani Pajchiri nació en la isla y no piensa irse a otro sitio. A pesar de que los números de la comunidad han ido reduciéndose con el tiempo y ya van quedando solo adultos mayores en la isla, Virginia se queda. Los jóvenes se han ido a tierra firme a buscar oportunidades que en la isla van desapareciendo de a pocos. Virginia vivía de la pesca, cuenta. “Antes el Titicaca era lindo, había pescado y sacábamos totora. Ahora no hay ni pescado ni buena totora”.

Virginia es líder en su comunidad, elegida por su historia familiar: sus padres nacieron y crecieron ahí, al igual que ella no se movieron. Como líder, Virginia tiene una preocupación real y latente por el problema de la contaminación: la pesca artesanal es una de las principales actividades de las comunidades en islas flotantes del Titicaca y esta se vuelve imposible ante la desaparición de peces nativos. De la misma manera, la Totora es el insumo principal para la construcción de islas, casas y artesanías; pero con la contaminación, la totora crece tiesa, seca y no se puede manipular, se quiebra.

La isla Quehuaya está en el territorio de influencia de la primera boya instalada, en el Lago Menor hacia el lado de Bolivia, actualmente una de las zonas más afectadas y vulnerables.

Estas plataformas de monitoreo permanente permitirán, por un lado, legislar y crear políticas públicas coordinadas de manera binacional que regulen el problema de la contaminación, el tratamiento de las aguas y las actividades productivas; por el otro, la información obtenida en tiempo real servirá también para sensibilizar a las comunidades para mejorar su entendimiento e involucramiento con la problemática y buscar alternativas a sus acciones. Así, quizás los jóvenes volverán a Quehuaya y Virginia podrá pescar de nuevo.

La comunidad de la isla Quehuaya

Articulando al Estado, sector privado, academia, cooperación internacional y comunidades, el PNUD en Perú y Bolivia con la iniciativa GIRH — TDPS, hace del cuidado del agua preocupación y prioridad de todos y todas. Así, cuidaremos no solo un recurso hídrico clave, sino también a las comunidades que viven ahí, para que nadie se quede atrás.

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