Perú es uno de los principales productores y proveedores de cacaos fino de aroma y el segundo productor de cacao orgánico en el mundo. No en vano el 60% de las variedades de cacao existentes se encuentra en nuestro país, según el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego.
En la última década, la producción de cacao ha crecido de manera sostenida a nivel nacional, siendo los departamentos de San Martín, Junín y Ucayali, los principales centros cacaoteros con muchas oportunidades de seguir ofreciendo este producto bandera al mundo. Sin embargo, el mercado internacional es cada vez más exigente y demanda un cacao libre de deforestación, trazable y justo con las condiciones de vida de las familias productoras.
“Como el mismo mercado lo pide, nosotras tenemos que asociarnos y producir de acuerdo a lo que se requiere”, asegura Erolita Meléndez, presidenta de la Asociación de Mujeres Chocolateras Chocolate Corazón de Nolberth Alto Uruya, Ucayali, que reúne a 15 socios, en su mayoría mujeres dedicadas al cultivo de cacao fino de aroma, procesamiento y comercialización de derivados, principalmente chocolates.
En efecto, la Unión Europea aprobó una nueva regulación que prohíbe la importación de productos que hayan contribuido a la deforestación. Dicha regulación entrará en vigor en enero 2025 en aras de generar un cambio en los hábitos de consumo que ayuden a frenar la deforestación, pero sobre todo de promover un cambio importante en las prácticas de producción formal de los países que proveen estas materias primas.
Conscientes de esta realidad, Meléndez y su asociación ha emprendido el camino hacia la adopción de prácticas sostenibles. Esto ha implicado asumir el compromiso de recuperar áreas degradadas con especies nativas, conservar los bosques, diversificar la producción, con miras a incrementar rendimiento y obtener un cacao de mejor calidad y mayor valor en el mercado. Sin embargo, este proceso no se da de manera inmediata, ya que requiere un soporte técnico que se ajuste a las necesidades de los pequeños productores.
Este es el caso de la Asociación de Mujeres Chocolateras Chocolate Corazón de Nolberth Alto Uruya que actualmente recibe la asistencia técnica de la Cooperativa Agraria de Cacao Aromático Colpa de Loros, a quienes venden alrededor del 80% de su producción de cacao, en articulación con el Proyecto Paisajes Productivos Sostenibles en la Amazonía peruana (PPS).
Esta iniciativa liderada por el Ministerio del Ambiente con la cooperación técnica del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), busca reducir la presión sobre los bosques, mediante la gestión adecuada de los recursos naturales y el apoyo a sistemas productivos sostenibles con un enfoque territorial integral. Su ámbito de intervención se encuentra en la provincia de Padre Abad y el distrito de Nueva Requena en Ucayali, y la provincia de Puerto inca, Huánuco, zonas con altos índices de deforestación a nivel nacional, según datos gubernamentales.
“Nosotras practicamos la agroforestería sostenible. Por ejemplo, en mi parcela tenemos árboles como sombra permanente en medio de las plantas de cacao, y capirona y bolaina como barreras vivas alrededor de los cultivos”, explica Meléndez. “Esto es importante porque los árboles son una fuente de ingreso de aire puro, y somos conscientes que la deforestación aleja a los animales y aves que son parte del ecosistema que debemos cuidar para mitigar los efectos del cambio climático”.
Mediante una metodología innovadora del PNUD llamada “Creciendo con su Negocio” y el establecimiento de una Unión de Crédito y Ahorro (UNICA), el proyecto está fortaleciendo también las capacidades administrativas, productivas, financieras y tecnológicas de esta asociación para lograr su articulación a mercados competitivos que permitan la generación de ingresos sostenibles en el tiempo y a la vez valoren una producción libre de deforestación.
“En nuestra asociación siempre tuvimos el sueño de contar con una infraestructura propia, que sea un lugar más adecuado para procesar los granos de cacao a chocolate de acuerdo con los estándares de calidad”, afirma Meléndez. “Contamos con los equipos para la transformación y ahora con el local para instalar la planta de procesamiento. Su construcción fue considerada como prioridad en el plan de negocio que elaboramos con la ayuda del proyecto”.
Y es que como parte de la metodología, se elaboraron planes de mejora que identificaron la necesidad de fomentar el desarrollo e innovación de productos, así como protocolos de buenas prácticas de manufactura para una futura certificación de calidad, al igual que buscar la diversificación de productos para generar una mayor demanda.
Para el logro de estos objetivos, fue necesario contar primero con una nueva infraestructura, la cual se ha hecho realidad a través de un cofinanciamiento de AGROIDEAS, al que se hicieron acreedoras estas mujeres chocolateras, luego de postular al programa de incentivos a la mujer rural promovido por el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego.
La preparación del expediente para acceder al financiamiento contó con el soporte de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas, como parte del proyecto Fortalecimiento Institucional de DEVIDA (FID) financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Esta inversión cuenta con el aporte del proyecto PPS, como parte de su contrapartida, con el objetivo que la asociación pueda mejorar su proceso productivo siguiendo principios de inocuidad y estandarización de la calidad de la mano con buenas prácticas ambientales.
Esta experiencia es el resultado de la articulación territorial entre múltiples actores con el objetivo común de mejorar la calidad de vida de los productores amazónicos poniendo en valor la conservación de la biodiversidad. Así, desde el proyecto se busca potenciar la colaboración multiactor con enfoque territorial a fin de alcanzar la escala a nivel de paisaje poniendo en el centro la capacidad catalizadora de los productores comprometidos con el medio ambiente.